Como son bebés van a comer varias veces al día, orinar todos los rincones que encuentren, llorar mucho cuando estén solos, morder objetos de la casa y pedir mucha atención. Por esta razón es muy importante tener claro que debes tener tiempo, mucha paciencia, disciplina y dedicación para que puedas educarlo de una manera correcta.
La gran mayoría siguen siendo muy juguetones aunque tengan sobre un año y no demandan toda tu atención 24 horas, ya son más tranquilos y calmados que un cachorro, y aprenden rápido. Además, sabrás perfectamente su estatura, tamaño definitivo y carácter.
Son perros maduros y no requieren de tanto trabajo porque no necesitan de paseo largos y ejercitarse tanto como un cachorro o adulto. Son más calmados, dormilones y sedentarios por esta razón nos proporcionan más tiempo libre. Y son muchísimo más agradecidos que un cachorro porque conocen el abandono y maltrato.